José Ramón Montes, octubre 2018
Astor Piazzola, el músico porteño que elevó el tango suburbial a la categoría de ser parte de la música culta, escribió una pieza inolvidable que tituló BUENOS AIRES HORA 0, el mejor nombre para una reflexión sobre urbanismo a punto de arrancar la tercera década del siglo XXI. Esa hora es la incertidumbre, la alarma, el peligro inminente, lo contrario a esa estabilidad aborregada que idealizan los mercados, ellos tan llenos de miedos aunque con la boca pequeña estén siempre elogiando el riesgo.

En un momento histórico en el que más del 70% de la población vive en ciudades, la dicotomía campo/urbe ha perdido casi su sentido, pues incluso el campo industrializado ya no es propiamente rural, es “otra cosa”.
60 años, y a la deriva los 60 pasaron, y el porvenir...
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945, se creyó que el mal había sido derrotado. Ya teníamos un enemigo para las películas y las series de la televisión, LOS NAZIS. Lo demás era maravilloso. Apareció entonces una ciudad NUEVA YORK, que reunía todas las virtudes del triunfador y que existía antes, pero que no era la estrella rutilante.